Y en un golpe del destino ella decidió jugar a ser un yo extraño y yo decidí jugar a ser yo misma. Curioso, cuando sólo hace unos meses era ella quien me mostraba donde se habían perdido mis pasos y yo quien jugaba a esconderse bajo un brillo dorado.
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Arena en los zapatos, piedras en los bolsillos, los hilos de un botón perdido, los posos en el fondo de la taza de té, la ficha roja del parchís...todas esas cosas molestas y sin un propósito aparente en la vida serán bien recibidas aquí.
1 comment:
ani, menudo piquito tienes, eres toda una poetisa, de mayor me gustaria tener tu capacidad de palabra =D
me gusta mucho tod lo que escribes, un dia de fiesta me diras como lo haces
BESILLOS, MARTA
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