Un momento

Uno no se enamora de una mujer, se enamora de una situación... (No sos vos, soy yo)

Entró distraída en el cuarto buscando la chaqueta que había dejado allí abandonada la noche anterior. Él fingió seguir dormido y escondió un poco la cabeza debajo de las mantas del sofá.

Ella llevaba un pijama algo desgastado al que habían empezado a salirle las primeras bolitas. Su pelo estaba completamente desordenado y sus ojos estaban oscurecidos por las ojeras y los restos de rímel.

Él entreabríó los ojos y se encontró con que los de ella le estaban mirando. Ella sonrió tranquilamente, como si aquello fuera algo natural, cogió su chaqueta y salió de la habitación.

Por un momento sus ojos sucios de rímel le parecieron de una belleza extraordinaria y un calorcito extraño empezó a subirle por el estómago.